ANIBAL SAMPAYO SEMBLANZA DE UN PAJARO LIBRE


 
Aníbal Sampayo y Luis M. Lemes Da Silva, poeta sanducero y padre del autor de este artículo, en Montevideo, década del 50

El mismo año en que yo entré a primero de escuela, Aníbal cayó preso. Sus canciones, su guitarra, su arpa y su voz desaparecieron de los medios radiales. Hasta hubo propietarios de medios, en el propio solar de Aníbal, que destruyeron discos, rayándolos con clavos, condescendientes o temerosos — ¡quién sabe! — ante lo que se venía.  
  







HIT  la música uruguaya parte Aníbal Sampayo

Poco se habló públicamente Aníbal en la década oscura de los setenta. Apenas, cada tanto, algún cantor corajudo que sacaba a relucir en alguna kermesse los acordes de Ki Chororó, que a veces lograba pasar y a veces no. A veces se escuchaba alguna versión de alguna canción suya, por Cafrune o Larralde, en las radios entrerrianas, pero a partir del 76, con la llegada de otra dictadura a la República Argentina, el mensaje de Aníbal, como el de otros tantos, también dejó de oírse desde aquella orilla.  




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