Mujica enfatizó que esto “no cayó del cielo”, sino que es el resultado de una construcción ideológica que “instaló en cabezas gobernantes en todo el planeta la idea de que la libertad máxima es la libertad de empresa”, y que cualquier intento regulador del estado es visto como “una forma de coartar esa libertad”.
El político situó el inicio de este fenómeno hacia 1980, y lo llamó protoliberalismo y no neoliberalismo, porque “el verdadero liberalismo jamás agarraría viaje con una dictadura”, mientras que esta otra forma de liberalismo “empezó en América en el Chile de Pinochet”.
Nadie se acordó de que en Brasil tiraron para afuera a una presidenta sin causa”, ni de que “al principal candidato de la oposición lo metieron preso fraguadamente para que no participara en las elecciones”, ni de otros ejemplos en la misma dirección como "Honduras”.
Sería maravilloso que el Poder Ejecutivo respetara a su Parlamento, lo dejara hacer, y estoy seguro de que la capacidad de los parlamentarios le permitiría al país encontrar una solución al problema sin afectar los humildes recursos que en definitiva deben servir para atender otro problema del país, que es la población rural que quiere trabajar y que al no tener tierra, a la corta o a la larga tiende a emigrar; (…) vale la pena acudir a la democracia que representa el Poder Legislativo”.
Mujica fue irónico y dijo que “los malos gobiernos anteriores hicieron la central térmica más moderna que tiene el Uruguay”, en referencia la centra de ciclo combinado de Punta del Tigre, inaugurad durante la administración frenteamplista.
Esta polémica” nacional sobre los recortes del gobierno al presupuesto del organismo “no ocupa a los grandes medios, son otras cosas que procuran distraer la atención de la gente, y esto no es casual, no, esto tiene fina decisión política”, fustigó; dio otro ejemplo al citar la emisión reciente de “espléndidos programas (…) recordando el dramático y penoso desastre del derrumbe de las Torres Gemelas en Nueva York hace 20 años”, lo cual “está bien” y “merecer ser recordado, ¿pero no merecía alguna palabrita, alguna consideración, el advenimiento de la dictadura pinochetista, que coincide con la fecha? (…) ¿no se podía haber recordado esa dramática fecha de la Historia de nuestra sangrante América Latina para saber, para aprender, para educar a las nuevas generaciones? Y esto no es casual”.
Hurto, apropiación indebida y estafa son algunos de los delitos por los que fueron indagados según los documentos a los que accedió Informativo Sarandí de fuentes policiales.
En medio de denuncias por casos de corrupción policial en varios departamentos, fuentes de la propia Policía dijeron a Informativo Sarandí no comprender las razones que llevaron al presidente Luis Lacalle Pou de rodearse en su custodia personal con civiles y uniformados cuyo pasado es por demás turbio.
El caso principal es el de Alejandro Astesiano, un civil de 50 años equiparado a policía que es el jefe de la custodia personal del mandatario.
Lamentó que el país “ha retomado un viejo camino que se mantuvo hasta el 2006” y que desnuda un “aumento permanente y sistemático de la desigualdad, por varias cosas pero la más importante y que siempre hay en primer término que recordar es la cuestión del salario, que para colmo en el Uruguay está unida con las jubilaciones; y más del 95% de la población uruguaya, directa o indirectamente, vive del salario o de las jubilaciones” y así “cuando los salarios no se ajustan a la suba del costo de vida o peor, cuando retroceden, hay naturalmente una pérdida de poder adquisitivo y eso contribuye a acentuar las naturales desigualdades en la sociedad”.
